4 trucos de mantenimiento
y limpieza de la lavadora
Para que nuestra lavadora
se mantenga en condiciones y evitar que acumule suciedad, y esta pueda llegar a
transmitir malos olores a nuestras prendas, es conveniente realizar esta
limpieza de forma regular.
Todos los
electrodomésticos de nuestro hogar necesitan una limpieza regular, incluso si
se utilizan para lavar la ropa.
La lavadora es uno de
esos aparatos que usamos de forma continua y que, al descuidarse, puede
presentar problemas para cumplir sus tareas.
Dado que está expuesta a
la humedad la mayor parte del tiempo, es habitual que en su goma y alrededores
se formen manchas de moho y residuos de detergente.
Si bien al principio lo
ignoramos, con el paso del tiempo se van haciendo notorios, sobre todo porque
despide un aroma desagradable que, incluso, se adhiere a las prendas.
Su desinfección no solo
evita este tipo de inconvenientes, sino que ayuda a mantener cada uno de sus
componentes en buen estado.
Por fortuna, existen
varios trucos caseros que, con ingredientes naturales, permiten darle una
limpieza profunda y efectiva.
A continuación queremos
compartir los 4 mejores para que dediques unos minutos para su mejor
funcionamiento y prolongar la vida util de su lavadora:
La combinación de agua
caliente con vinagre de manzana es una de las mejores formas de limpiar la
lavadora a nivel general, ya que elimina las bacterias, los hongos y las
manchas difíciles.
Es conveniente repetirlo,
por lo menos, una vez al mes para evitar la formación de moho y malos olores.
Ingredientes
Agua caliente (la
necesaria)
½ taza de vinagre de manzana (125 ml)
¿Qué debes hacer?
Llena la lavadora con
agua caliente, agrega el vinagre de manzana e inicia un ciclo corto.
Una vez se cumpla, abre la lavadora y déjala ventilar durante una hora.
Desenchufa la lavadora,
asegúrate de que esté sin nada de agua y retírale la tapa del filtro.
Desenrosca la tapa de derecha izquierda hasta que salga por completo.
Retira los restos de hilos, papeles, suciedad y todo tipo de objetos que haya
sido filtrado.
A continuación, toma un destornillador y gira una turbina que tiene en su
interior para poder remover los restos que tiene en su interior.
Cierra bien ambas partes antes de volver a utilizar el electrodoméstico, ya que
no debe caer agua dentro.
La goma o sello es la
parte donde más se concentra el moho y los malos olores debido a que retiene
humedad.
Si bien este puede
secarse después de cada lavado con una toalla o trapo, casi siempre quedan
residuos que, más adelante, pasan factura.
Para dejarla libre de
hongos y gérmenes, proponemos aprovechar el poder antiséptico del agua
oxigenada y el limón.
Ingredientes
3 litros de agua
¼ de taza de jugo de limón (62 ml)
1 taza de agua oxigenada (250 ml)
¿Qué debes hacer?
Extrae el jugo de limón
fresco, agrégalo a un balde con tres litros de agua y, de inmediato, incorpora
el agua oxigenada.
Observa bien cómo está puesta la goma para que, luego de voltearla, no tengas
dificultades de dejarla de nuevo en su sitio.
Una vez identifiques el moho, rocíale el desinfectante de limón y frótalo con
una esponja.
Sigue todo el camino de la goma para que no quede ni un solo lugar con hongos.
Antes de volver a colocarla bien, rocía un poco más de la mezcla y pásale un
paño seco.
Los dispensadores para el
jabón y el suavizante suelen acumular muchos residuos, en especial cuando
utilizamos detergente en polvo.
Su limpieza es tan
sencilla como necesaria, ya que las sustancias adheridas pueden fermentarse y
provocar olores indeseados.
Ingredientes
1 litro de agua caliente
¿Qué debes hacer?
Diluye una taza de
vinagre blanco en un litro de agua caliente.
Saca los compartimientos de la lavadora y sumérgelos en el preparado.
Déjalos en remojo durante 10 minutos, aclara y sécalos bien.
Si estos no son desmontables, rocía la misma mezcla y frótala con una esponja.
¿Cada cuánto le haces
mantenimiento a tu lavadora?
Es importante que sepas
que lo debes repetir, por lo menos, cada dos meses, ya que la suciedad y el
moho pueden estropearla.
Además, cada vez que
finalice un lavado procura dejar la puerta abierta para que se ventile por
dentro.